Los controles periódicos que deben hacerse las mujeres son los que dan indicios para consulta inmediata a un profesional que le dará la posibilidad de combatir a la enfermedad con las mejores armas.
Para conocer sobre el tema, Arroyo Al Día entrevistó al reconocido oncólogo de la ciudad Fernando Garófalo, quien gentilmente accedió no sólo a conocer sobre la enfermedad sino también a conocer a la persona detrás del médico.
Fernando contó sobre sus comienzos en la medicina: “mi secundaria fue distinta a la de los demás porque la hice en el Liceo Militar de Santa Fe, de pupilo, de lunes a viernes y cuando volví de la secundaria decidí hacer Medicina, me radiqué en Rosario, me recibí, hice la especialidad de Clínica y como es muy amplia, uno quiere elegir una de las ramas y me decidí por la Oncología. En su momento en 1997, cuando comienzo la especialidad lo hago en el Hospital del Centenario, lugar donde ocupo un cargo todavía, pero que en ese momento la especialidad era muy nueva, ahora ha tomado vuelo y todo fue con mucho sacrificio”.
De lleno en su labor, Garófalo destacó su trabajo como profesional que lucha a la par del paciente para que esa pelea tenga final feliz: “Oncología requiere de mucha templanza, no es para cualquiera. Estoy formando residentes y hay muchos que empezaron y no pudieron seguir. Hay que estar a la par del paciente, los familiares cumplen también un rol fundamental. Hay que ser claro con lo que uno busca con el paciente, no hay que dar vueltas, haciendo el correcto diagnóstico, el pronóstico y para qué uno indica un tratamiento, porque a veces es para mejorar su calidad de vida, otras para curar la enfermedad, otras para prevenir que esa enfermedad no vuelva, hay mucha finalidad en los tratamientos. Hay que hablar bien para que no haya confusiones en lo que respecta a las recaídas de las enfermedades”.
Muchas veces la sociedad, ante este tipo de enfermedades se aferra a sus creencias con la convicción de que puede ayudar a que los tratamientos sean eficaces. El doctor hizo también referencia a eso: “no me encontré con curas milagrosas pero sí respuestas a tratamientos que uno creía que no iban a responder. Al ver la franca mejoría de algún paciente me sorprendió en alguna ocasión. Las respuestas son diversas porque depende de cada paciente y hemos visto respuestas importantes en algún tipo de tumores. Los avances científicos han ayudado mucho también”.
Aclaró cuáles son los tumores más frecuentes: “en la mujer es el de mamas y en los hombres el de pulmón. Son las patologías más frecuentes de cáncer en todo el mundo, aunque el cáncer de mama se puede dar en el hombre, que tiene mamas pero están atrofiadas, hay tejido mamario, de cada 100 mujeres se puede dar uno en un hombre. Se trata del mismo modo aunque sea menos frecuente”.
Los tratamientos fueron parte de la conversación: “uno se trata de enfocar en esta enfermedad en la parte de ciencia, pero hay médicos que hacen su trabajo de psicología en este tipo de enfermedades. Hay que tener un servicio de psicooncología, como médicos que tratan el dolor, la medicina paliativa, un servicio completo para darles a los pacientes todo tipo de respuestas, aun con sus familiares, los médicos no podemos trabajar en todo, es trabajar en conjunto y darles las respuestas necesarias a los pacientes y sus familiares. La aceptación de la enfermedad hace que se pueda enfrentar un tratamiento en conjunto, sin esa aceptación se hace muy difícil tratar al paciente. Forma parte de la sanación”.
Puntualmente sobre el cáncer de mama, el profesional dijo que “el primer tratamiento es atacar a la mama, una cirugía, con el cirujano mastólogo, es una enfermedad operable desde el inicio. Todo depende de cómo aparece la enfermedad, pero en algunos casos no es inmediato, si son muy grandes los tumores, lo primero que se hace es tratarlo para achicarlo y después realizar una cirugía si responde bien. Después vienen los tratamientos para que en el futuro esta enfermedad no tenga reminiscencias, es decir que no vuelva a aparecer. El oncólogo se basa, después de que recibe el estudio, infiere un pronóstico y decide el tratamiento más eficaz. No quiere decir que la enfermedad esté curada luego de extirpar el nódulo. Se previene la recaída de esa enfermedad. El cáncer de mama es curable siempre que se detecte en estadíos tempranos. En realidad, en oncología, cualquier patología detectada a tiempo puede ser curada, pero pasa que en muchos casos, la sintomatología aparece cuando la enfermedad está en grados avanzados. En el cáncer de mama hay mucha prevención, es raro que la mujer se deje estar ante un bultito en la mama, en otras patología comienza con un dolor, que remite a que la enfermedad está avanzada”.
Respecto de la prevención del cáncer de mama Garófalo recomendó: “la mujer ya está predispuesta a hacerse controles anuales y que también debe hacerse controles palpáreos, pero es indispensable que se haga estudios porque pueden aparecer en las ecografías o las senografías, algo que con las manos no se pueden detectar. La idea es que no se llegue a palpar nada porque es señal de que es grande el nódulo. Cuando hay sospecha de que algo no anda bien, hay que consultar rápidamente para poder hacer una biopsia, que puede ser por un tumor precoz que se extirpa y listo. Hay que anticiparse al avance de la enfermedad, si lo dejás es muy difícil salir del problema”.
Debido a que la ciencia avanzó de manera tal que se puede llegar a tener diagnósticos mucho más certeros, el profesional sostuvo que “el diagnóstico por imágenes ha evolucionado terriblemente, las mamografías son más digitalizadas, las ecografías son con ecodoppler mamario y ahora se utiliza la resonancia mamaria. Tiene algunas indicaciones cuando hay dudas con los otros estudios y para que el mastólogo pueda ir estudiando la evolución del tratamiento que está realizando, se ve si se reduce o no el nódulo. Antes se le sacaba la mama a todo el mundo, ahora se tiene a conservar la mama por una cuestión estética y hasta sexual que es muy importante para la mujer. Si se hace una cirugía en mama también se usa una reparadora para mantener la estética”.
Sobre lo que se llama punción y la reticencia a que se le practique a un paciente, el doctor añadió: “hay una creencia de que con la punción se desparrame la enfermedad y no es así. Bien hecha y como corresponde, no hay riesgo de diseminación de la enfermedad. Es lo menos invasivo, hay que hacer una biopsia para tener el nombre y el apellido del tipo de enfermedad que tiene el paciente para dar los pasos suficientes para tener muchas chances de ganarle a la enfermedad”.
En modo de consejo para la prevención aseguró: “en mama, la principal prevención es tratar de detectar la enfermedad con el autoexamen, los controles que le pide el ginecólogo es importante y si hay antecedentes familiares, tenemos que enfocar la atención, no todos son hereditarios, pero hay un 10 a un 12 % que sí lo es. Si hay familiares de primera generación, si la mamá lo tuvo, puede tener hasta tres veces posibilidades de tenerlo, enfocado desde la parte genética. Hay que estar atentos y hacer estudios más minuciosos si aparece una mujer diciendo que su mamá tuvo la enfermedad”, cerró.