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PRÓXIMO VIVO: AL AIRE
El fallecimiento de un hombre mayor que ocurrio en la madrugada de este 18 de noviembre, desnudó falencias y demoras en la asistencia del 107. Según los familiares, desde la central de Pueblo Esther no atendieron bien a los familiares y le negaban la ambulancia del hospital que tenía disponibilidad y chofer. Tres horas después de insistentes llamados, se acercó una ambulancia del CIC de General Lagos para certificar la defunción del señor y con la asistencia de una medica del centro de salud de Arroyo Seco y comunicacion previa con el Dr Caballero se pudo resolver que la funeraria trasladara el cuerpo.
Marga, una sobrina del infortunado hombre relató el calvario que tuvieron que transitar: “Encontramos a mi tío cerca de las 7 de la mañana; empecé a llamar al 107 y además de atenderme mal, me sugirió que hable con el hospital. Llamo al hospital y me dicen que sin autorización de Pueblo Esther no podían mandarme la ambulancia. Vuelvo a llamar al 107 y desde allí me dicen que la ambulancia de Arroyo Seco no podía enviarla porque no estaba y no tenía chofer, algo falso porque llamé y me dijeron que tenían la disponibilidad. Volví a llamar y me ofrecieron enviarme una de General Lagos, que fue la que pudo llegar y constatar la muerte”.
La exesposa, Nilda, también dialogó con Arroyo Al Día y explicó cómo se pudo solucionar el tema: “Tuvimos que contactarme con dos médicas conocidas que lo atendían para que nos dieran una mano porque nadie quería venir. Cuando llegaron, la médica constató la defunción pero le pregunté cómo tenía que seguir, ya que nunca me había pasado esto. Me dijo que ella tenía que derivarlo a la morgue para la autopsia. No quería pasar por eso ya que tuve a mis hijos todo el tiempo esperando para que se llevasen a su padre. Entonces una de las médicas del Centro de Salud de Arroyo seco y previa comunicacion con el Dr Caballero resposable del area de salud de la ciudad resolvieron firmar el acta de defunción al constatar que era una muerte natural y evitar el traslado. De todas maneras, quiero que se sepa todo lo que vivimos porque en este caso, el padre de mis hijos no tenía signos de vida, pero si estaba descompuesto y podría haberse salvado, después de tres horas hubiese sido imposible hacerlo. Es un llamado de atención para las autoridades ya que no puede ocurrir esto en una ciudad grande como la nuestra”.
Rubén Moreno, de 60 años, domiciliado en Independencia y Pavón, luego de tanto sufrimiento de parte de los familiares, llegó la unidad de traslado de Casa Delorenzi para llevarlo hacia la sala velatoria.
