Lo que iba a ser una tarde de esparcimiento de varios chicos del Barrio Güemes, terminó con un susto. Al intentar ir a jugar a la plaza, se encontraron en el camino con un ofidio de casi un metro de largo, que, afortunadamente, no agredió a ninguno de los jóvenes. Pudieron matarla, pero el susto fue mayúsculo. No tenían certeza de la especie a la que pertenece.