Respecto a este tema, se lo consultó al Director de Hábitat de la municipalidad, Cristian Rojas, que arrojó claridad sobre este hecho: “lo primero que se hizo fue enviar una ordenanza al Concejo con una excepción al contrato, donde habilitábamos a los compradores a comenzar a construir mientras nosotros hacíamos las obras. Fue algo extraordinario porque por ordenanza, hasta que no estuvieran terminadas las obras no se podía escriturar y mucho menos construir”, comenzó diciendo Rojas.
El funcionario aclaró: “para que se pueda construir hay que cumplimentar ciertos pasos, como por ejemplo presentar los planos al municipio que debe ser firmado por un Maestro Mayor de Obras, arquitecto o un Ingeniero Civil, no puede hacerlo un albañil como se hacía en otras épocas. Tiene ciertas restricciones, legislación, lo regula la Oficina de Planeamiento. Hoy la conexión de agua la hace la municipalidad, se paga un sellado de $1.500, el kit de instalación lo tiene que comprar el vecino y después mandamos a colocar al personal nuestro; la conexión de la cloaca la debe hacer directamente el vecino”.
“El permiso de edificación ronda los $2.300 a los $2.500 el m2 y el máximo de la construcción debe ser uno 110 m2, por lo que el permiso de obra rondaría los $250.000, que el vecino tiene que tener en cuenta para tener todo en regla. Ya hubo presentaciones, algunos tuvieron que hacer modificaciones y volver a presentar. Inició uno solo la construcción pero paramos la obra porque fue antes de que se presentara la ordenanza. Se le hizo una advertencia pero no se le cobró una multa. Ya tenía abiertos los cimientos, el camión con el cemento y no se le frenó esa acción”, añadió Cristian.