"Arrancó todo el 3 de marzo, nos entraron a robar con el negocio cerrado, entraron por el patio, a mi papá lo ataron, lo encerraron y lo amordazaron en el baño y estuvieron dos horas y media revisando todo, después anduvieron por los techos, intentaron entrar por una clarabolla y no pudiero, el 10 y terminaron entrando el 13 rompiendo una ventana, mi papá dormía y no los escuchó porque vive al lado", dijo la damnificada.
"El jueves pasado volvieron a entrar, esta vez por otra clarabolla que no tenía reja, rompieron puertas, uno va extremando cuestiones de seguridad pero se ve que no alcanza", relató la comerciante.