La celebración fue oficiada por el obispo Eduardo Eliseo Martín, quien a su vez habló en la Homilía. Estas fueron sus palabras: “San José, el castísimo esposo de María, padre de Jesús en la tierra, y también es patrono de la iglesia universal y de la familia. SI bien la iglesia es una por los fieles que están unidos, hoy los fieles están en casa, unidos en la oración, y en cada casa y familia está la iglesia, una pequeña iglesia, reunida en nombre del señor. Este varón justo, es decir, un hombre de fe en la biblia, un hombre que obedece a Dios y se ofrece confiadamente a él. El fruto del vientre de María no era hijo suyo, pero el obedece a Dios y asume la gran tarea suya: el de Custodio, que cuida a la sagrada familia. Su hijo y su esposa, los dos bienes más preciosos de los que asumió el compromiso de cuidar y llevar adelante como familia. Siempre custodiando, en la pobreza y en el viaje. Debemos tomar a San José en dos sentidos hoy: Custodio de la fe, y custodio de la sagrada familia.
Obediente por la fe, que se prueba en cada ocasión y circunstancia de la vida de cualquiera. En este camino difícil, él se encomendó a él. A veces a nosotros nos pasa que renunciamos o perdemos algo, y Dios pone algo mejor en nuestro camino. La clave está en no renunciar nunca, siendo muy cuidadosos para seguir, por ejemplo, la orden de las autoridades, para obedecer a su vez a Dios, cuidándonos entre todos y custodiarnos, a los ancianos, a los niños, a las familias, no siendo irresponsables y recuperando el valor de la familia en casa, ya que no se trabaja a veces y no se va a la escuela, rezar y pedir, por ejemplo, a Dios, que nos libre de todo mal”.
El obispo Eduardo propuso también ver esto como un parate, ante tanto ajetreo que se vive en el día a día, como una oportunidad para recuperar valores, para que aprendamos a valorar y a cuidar la vida, a protegernos y a revivir el amor en cada familia y en la sociedad: “Eso nos hará fuertes como para soportar lo que viene, y para crecer mutuamente entre todos, con la paciencia y con la mansedumbre de José”.
